sábado, 11 de octubre de 2008

Después

Después de la tormenta
sobreviene un silencio mojado,
quieto,
húmedo de gotas que no llegaron a tiempo.

Los objetos permanecen sobre la mesa
en actitud de espera,

la lámpara no quiere encender
su luz ardiente todavía,

las agujas del reloj
se mueven con desesperanza,
el vidrio empañado
no refleja el mundo interior.

Afuera el verde se apaga como una luz agonizante,

no queda un solo pájaro,
solo una nube olvidada
recoge las aguas perdidas en el viento.


Solo un silencio
después de la tormenta.