lunes, 13 de octubre de 2008

El sitio

No es cierto que se pueda abandonar el sitio...

El lugar es nuestro,
no son iguales las piedras,
ni los charcos que deja la lluvia,
no se puede repetir el aire húmedo,
los olores...

Nuestros pies volverán a buscar la huella
cuando estemos dormidos.
La verdadera tierra,
la que duele,
nos abrazará algún día
truncando la partida...

El lugar que nos fue dado,
no podremos arrancarlo
de ese mínimo rincón
en la espera
del sueño.

La tierra,
la sangre,
la palabra entera
que nos corroe el alma,
estará para siempre
prendida en nuestro pecho.

Es aquí,
es para siempre,
no es cierto que se pueda
abandonar el sitio...